¿Qué tan bueno es el registro fósil? Nuevo estudio arroja dudas sobre su utilidad

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Fósiles incrustados en una roca sedimentaria

Con el fin de identificar y corregir el sesgo del registro fósil, se han desarrollado una serie de métodos, sin embargo una nueva investigación de las Universidades de Bristol y Bath, sugiere que muchos de estos métodos de corrección realmente podrían ser engañosos.

El estudio conducido por el Dr. Alex Dunhill, anteriormente en las Universidades de Bristol y Bath, y ahora en la Universidad de Leeds, exploró los ricos y bien estudiados fósiles de Gran Bretaña. En las islas británicas se han realizado trabajos geológicos profesionales durante más de 200 años y el Servicio Geológico Británico (que data de la década de 1830) ha acumulado un enorme y detallado conocimiento de cada centímetro de roca y los fósiles de las islas.

Junto a colaboradores de las universidades de Bristol y Bergen, el Dr. Dunhill comparó la biodiversidad a lo largo de los últimos 550 millones de años del registro fósil británico en relación con una serie de factores geológicos y ambientales, incluyendo el área de las rocas sedimentarias, el número de colecciones de fósiles registradas y el número de formaciones geológicas identificadas. Todas estas variables han sido utilizadas como criterio para evaluar la calidad del registro fósil – pero el nuevo estudio pone en duda su utilidad.

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Un mapa que muestra la geología de Gran Bretaña abarcando los últimos 550 millones de años.

Como lo señala el Dr. Dunhill: “Sospechamos que los patrones similares mostrados por las rocas y el registro fósil se deben a factores externos, y no es que el número de fósiles esté simplemente definido por la cantidad de rocas accesibles. Nuestro trabajo demuestra que esto es cierto. Factores tales como los recuentos de formaciones geológicas y las colecciones disponibles, no se puede utilizar para corregir la biodiversidad en el registro fósil”.

Los beneficios del estudio a partir de la aplicación de técnicas matemáticas avanzadas, es que no sólo identifica si dos conjuntos de datos se correlacionan, sino también si uno conduce al otro.

Los resultados muestran que de todos los factores geológicos, sólo el área de la roca preservada nos lleva a una estimación de biodiversidad. Por lo tanto, los otros factores geológicos – recuento de colección de fósiles y formación geológica – no son medidas independientes de sesgo en el registro fósil.

El co-autor, Bjarte Hannisdal de la Universidad de Bergen, dijo: “Podemos aprender más mediante el análisis de datos viejos con nuevos medios, que del análisis de datos nuevos con medios viejos.”

Este descubrimiento altera fundamentalmente nuestra forma de ver la diversidad de la vida a través del tiempo. Demuestra que tanto la preservación de las rocas como de los fósiles fueron impulsadas probablemente ​​por factores ambientales externos, como el cambio climático y el nivel del mar. Esto explica mejor las similitudes entre rocas y registros fósiles, en la medida que han respondido a los mismos factores externos. La idea alternativa, que la preservación de las rocas era lo que nos llevaba al registro fósil, queda firmemente puesto en duda gracias al estudio. Es posible que el recuento de biodiversidad en el registro fósil sea más preciso de lo que se temía previamente.

El profesor Michael Benton de la Universidad de Bristol, otro co-autor del estudio, plantea: “Los paleontólogos tienen razón al ser cautelosos sobre la calidad del registro fósil, pero tal vez algunos han sido demasiado cautelosos. La secuencia de fósiles en las rocas nos cuenta más o menos la historia de la historia de la vida, y tenemos maneras sensatas de tratar con la incertidumbre. Efectivamente, algunos trabajos recientes sobre “corrección” del registro fósil mediante el uso de conteos de formación pueden producir resultados que no tienen sentido. ”

La investigación fue publicada en “Nature Communications”:

Alexander M. Dunhill, Bjarte Hannisdal, Michael J. Benton. Disentangling rock record bias and common-cause from redundancy in the British fossil record. Nature Communications, 2014; 5: 4818

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