Entre el pasado 3 y 10 de enero (2024), un grupo de investigadores de Bioeducanos realizaron en Santiago y Curauma dos cursos que forman parte del proyecto Fondecyt N° 1231783, especialmente diseñados para profesores de enseñanza básica y media que hacen clases en el sistema escolar chileno sobre ciencias de la tierra y desastres naturales.
El primero de estos cursos tuvo lugar en la Universidad Alberto Hurtado (Santiago) bajo el título “Alfabetización en Ciencias de la Tierra para un país en riesgo: estrategias de enseñanza para el aula”. Posteriormente, se llevó a cabo el curso “Estrategias efectivas para la enseñanza de la dinámica de la tierra: alfabetización en Ciencias de la Tierra para un país en riesgo”, en la facultad de Ciencias de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en Curauma.
Cabe destacar que, durante el desarrollo de ambos cursos, los/las investigadores Claudia Vergara, Hernán Cofré, Paola Núñez, Kasandra Navarrete y Carolina Cartes estuvieron a cargo de ejecutar las clases y las actividades a lo largo de todas las jornadas.
Asimismo, algunas sesiones contaron con la participación de la Dra. Luisa Pinto Lincoñir, Geóloga Doctora en Ciencias de la Tierra de la Universidad Paul Sabatier, y Doctora en Ciencias mención Geología de la Universidad de Chile, quien es, actualmente, académica del Departamento de Geología de la Universidad de Chile.
Junto a ella, un grupo de profesores y profesoras tuvieron la experiencia de observar en terreno algunos procesos geomorfológicos que se encuentran en la zona de la Cuesta Chacabuco (Santiago). El sábado 6 de enero se programó un recorrido por distintos lugares, incluidos el sector de San Esteban, donde se ubica la Falla Cariño Botado, descubierta por la Dra. Pinto.
A continuación, cinco profesores que asistieron a estos cursos relatan con entusiasmos sus impresiones en torno a las temáticas que se abordaron, el trabajo práctico, la salida a terreno y algunas opiniones constructivas para seguir mejorando en cursos futuros que vendrán.
Katherine Poblete Cordero
Ejerce como profesora de Biología de primero a cuarto medio, en el colegio IRE de Rancagua.
“El curso me pareció excelente, porque creo que han logrado hacer que interactúe la parte académica con la parte pedagógica y didáctica de una forma muy natural. Hemos ido aprendiendo muchos contenidos en los que he ido derribando muchas preconcepciones.
Creo que todos quedamos con la sensación de querer un poquito más de la profesora de geología, porque no hemos tenido esa formación en la Universidad. Hoy aprendí que es una materia que la estamos pasando mal. O sea, estamos generando preconcepciones en los estudiantes en vez de estar educándolos como deberíamos hacer.
Me quedo con todas las estrategias para poder enseñar Ciencias de la Tierra de forma didáctica y no solamente con pizarra, plumón y power ponit. Si bien uno lo intenta en el colegio con ejercicios y cosas más didácticas, muy entre comillas, siguen siendo prácticas muy tradicionales.
Me gustaría destacar la calidad de todos los profesionales que han estado con nosotros durante estos días, son cercanos, explican muy bien, se notan las ganas y el cariño que tienen al enseñar”.
Nicolás Espinoza González
Profesor de Ciencias Naturales y de Biología, en el colegio Pumahue de Curauma, desde cuarto a octavo básico y a cuarto medio en Ciencias para la Ciudad.
“Fue un curso super atingente. Siento que en general el tener oportunidades de actualización, no solamente en términos disciplinares, sino en términos de estrategia es fundamental para la formación docente de manera transversal.
Más allá de lo disciplinar, fue muy positivo volver a refrescar la actual concepción de la naturaleza de la ciencia y la importancia que tiene en la formación docente. Actualmente, un profesor tiene que salir entendiendo muy bien lo que es la naturaleza de la ciencia y cómo poder aplicarlo, porque somos un país que siempre decimos que la memoria es muy importante, por ende, saber cómo se llegó al conocimiento actual te permite seguir manteniendo esta como humildad científica de que queda mucho todavía por descubrir y eso te ayuda no solamente a no cometer errores del pasado -que es como super típico- y te pone un poquito más en perspectiva de lo que queda por descubrir y cómo llegaste a dónde estás ahora.
Ya estoy pensando en cómo imitar muchos de los modelos que nos presentaron como todo modelo siempre hay límites. No solo de lo que se puede hacer con ellos, sino que de los recursos que se necesitan para poder construir cada uno. Son todos aplicables, escalables, dependiendo de los contextos y realidades de cada uno de los de los profesores y colegios”.
Verónica Mayne Albornos
Es profesora en el servicio local de educación (SLEP) Gabriela Mistral, comuna de Macul Imparte la clase de Ciencias Naturales de quinto y sexto básico, además, realiza un taller de investigación científica escolar y el taller de robótica.
“Creo que el contenido que se trató en el curso no se profundiza lo suficientemente, pero es un tema que a los niños les encanta, lo ven a diario, en las noticias, en sus casas, en todas partes.
Me encantó la salida de terreno. Primero, porque pude conocer a la geóloga Luisa Pinto quien fue la que descubrió la Falla Cariño Botado. Para mí es notable. Segundo, darme cuenta de qué es una falla, sacándome preconceptos míos, viendo cómo se modifica la textura del tipo de roca, la fricción que se produce y el movimiento. Me sirvió el hecho de investigar en terreno, visitando distintas localidades, esto me permitió no solo ver diversos tipos de suelos y aprender una metodología de trabajo en terreno que no es solamente la observación, comparar, tocar, sino que también utilizar otros instrumentos como los mapas y el plano. Un sistema de trabajo que puedo replicar en mi vida profesional. Me voy con una maleta llena de conocimientos y aprendizajes
Del curso en general, me hizo mucho sentido la parte de la historia, es decir, de cómo la ciencia se construye, pero no de cualquier forma, se construye a través de todo este proceso, tomando aquellos que iniciaron la investigación en sí, como yo le doy relevancia a todo ese trabajo de tanto tiempo, pero no como una bibliografía, no como una historia, sino que conectando las temáticas.
Destaco el trabajo que está detrás de cada profesor que presentó; trabajos que están sustentados en una base teórica de investigadores, con estrategias que han sido validadas en otros lugares. Por otro lado, otro punto más que integra este aprendizaje, es lo que tengo que modificar yo y lo que tengo que complementar con lo que estoy aprendiendo”.
Isabel González Gómez
Profesora de Biología y Ciencias Naturales. Actualmente trabaja en el Liceo Carmen Arriarán de Peñalolén. Hace clases de primero a cuarto medio y a veces unos reemplazos en séptimo y Octavo.
“Este curso me llamó mucho la atención porque es una de las temáticas que más me gustan, pero no tenía tantos conocimientos como para poder aplicarlo dentro del aula.
Como profes debemos ser súper conscientes que siempre tenemos que estar actualizándonos y reconociendo que nosotros también venimos con preconcepciones, con cosas que no entendemos desde nuestro pregrado o en el desarrollo de cada uno, por lo tanto, creo que es importante que estas instancias se sigan dando para que como profes entendamos en qué podemos estar fallando, en qué podemos ir mejorando en favor de los chiquillos.
La verdad es que yo venía con pocas expectativas, pero me encantó el curso porque yo pensaba que iba a ser como todo más teórico. Sin embargo, ha sido todo lo contrario, desde el aprender haciendo, desde nosotros. Nunca me imaginé que podían existir tantos modelos para poder aplicarlos dentro de la sala de clases y desde aquí me voy como con mi mente abierta a cómo podría hacer esto, lo otro e incluso aplicarlos en otras áreas, no solamente en Ciencias de la Tierra”.
Natalia Calderón
Profesora de Química ejerce desde séptimo a cuarto medio en el Colegio Dunalastair de Peñalolén
“Creo que es un curso necesario porque el contenido es general, pero al mismo tiempo específico. ¿A qué me refiero con eso? Sí, tiene cosas muy puntuales y técnicas, porque lo que nos plantea es entender nuestro país. ¿Por qué tenemos cordillera?, ¿Por qué tenemos estos volcanes?, Por qué esto puede ser más o menos peligroso y cómo podemos mantenernos seguros. Entonces es fundamental para el entender el contexto en el que nos encontramos en nuestro país y los riesgos que tenemos al estar rodeados de una zona volcánica y rodeados de mar por todas partes.
Estoy muy contenta de haber tomado el curso porque tuvimos espacio para discutir con los colegas de cuáles son los pros y los contras de los modelos, ideas para mejorarlo, para poder aplicar en clases, las dificultades y preconcepciones que pueden presentarse. Nos entregó muchas herramientas para llegar preparados al momento de enfrentar los cursos.
También hubo una buena organización en la que se desarrolló el curso, se partió con las preconcepciones para luego ver la teoría y después pasar a cómo aplicamos esto en el aula. Fue una buena secuencia y con una profundidad adecuada en los temas. Sí me hubiera gustado que fuera un poquito más amplio el espacio para la parte teórica; haberlo contextualizado también en algunas otras zonas de Chile, porque en este caso se concentró en la falla de San Ramón, en las zonas que están más cercanas a la región metropolitana, pero me parece muy interesante también asociarlo con las otras regiones y puntos clave del país. Pero además de eso, estoy muy contenta, muy feliz, me sirvió. Fue un curso útil a diferencia de algunos otros, así que eso me pone muy contenta”.